Contaminación del agua se volvió algo usual en Caracas

Contaminación del agua se volvió algo usual en Caracas

En los grifos de la mayoría de los hogares sale marrón y con mal olor. Entre los meses de mayo y junio se pueden contabilizar aproximadamente 29 denuncias en Twitter por su mala calidad, tanto en la capital como en zonas aledañas.

Inolora, insípida e incolora. Estos tres términos son enseñados en las escuelas como principios básicos al momento de hablar sobre el agua y es lo primero que respondería cualquier venezolano si le pidieran una descripción sobre cómo debe ser. Teóricamente esas características son correctas, pero en la práctica no. La realidad del agua en casi toda Venezuela se describe con una sola palabra: sucia. Pasó a reconocerse por dos elementos: el color con tintes marrones y el olor, principalmente, fétido.

La Real Academia Española desglosa el adjetivo sucio en varios elementos que reflejan la situación hídrica de Venezuela: manchas, impurezas, daño, infección e imperfección. En los últimos seis años el agua ha sido un tema común en el estado Carabobo. Ahí el líquido dejó de ser inoloro, incoloro e insaboro para convertirse en algo parecido al petróleo. Decenas de denuncias sobre el tema se han realizado y mientras no son atendidas por las autoridades oficiales, la situación se ha extendido y llegado a la principal ciudad del país: Caracas.

La búsqueda de las palabras “agua sucia caracas” en la red social Twitter, la forma más importante de hacer denuncias en la actualidad, arroja como resultado la realidad del líquido en la ciudad. Cientos de tuits con quejas de caraqueños y habitantes de zonas aledañas, como Guarenas en el estado Miranda, expresan su inconformidad por recibirla en esas condiciones. Algunos de los tuits son acompañados con imágenes de recipientes teñidos de color marrón y los calificativos putrefacta, sucia, turbia, inmunda y contaminada. Por este motivo, y ante la falta de acción de las autoridades de salud para resolver el problema, han aumentado las infecciones oculares, afecciones en la piel, cuadros gripales, enfermedades parasitarias y afecciones gastrointestinales.

Un “tratamiento” sin resultados

Caracas es surtida de agua potable por varias fuentes, entre las que destacan los embalses Camatagua, en el estado Aragua; La Mariposa, en el estado Miranda; y Lagartijo, también en Miranda. De estos tres, Camatagua tiene mayor capacidad, pero también altos niveles de contaminación.

El agua que está en Camatagua es la que abastece principalmente a Caracas, pero este embalse está siendo contaminado por las aguas del Lago de Valencia. Además de la falta de conciencia de las personas, una de las razones de este daño es el desvío del lago a embalses de agua para el consumo humano, pero lo proveniente del cuerpo de agua se caracteriza por ser líquidos residuales y cloacas.

El ingeniero y ex presidente de Hidrocapital, José María de Viana, afirmó que las aguas contaminadas en Aragua y Carabobo no pueden ser potabilizadas en las distintas plantas que existen en el país por tener un nivel de contaminación elevado.

“Después de que hicieron los trasvases no instalaron las plantas de tratamiento de las aguas. Las aguas que le das a la gente, para que la tome, tienen un problema de salud pública fundamental. Entonces, de todos esos problemas de contaminación, lo más grave es que a través de sus obras, el hombre contaminó las fuentes de agua, que le están entregando a la gente”, dijo en el foro “Servicios Públicos, en emergencia” a principios del mes de mayo.

La afirmación de De Viana es apoyada por el Dr. José Félix Oletta, quien fue ministro de Sanidad hasta el año 1998. Oletta explica que hace cinco años se realizó un estudio de la calidad de agua que se consume en el país, específicamente en la cuenca del Lago de Valencia. Dicha investigación arrojó que existían diferentes factores contaminantes en el líquido como la presencia de metales y materia orgánica, la cual deviene en una contaminación bacteriana.

“Cuando se hace el análisis se ve que el agua no reúne las condiciones y las plantas de potabilización no están diseñadas para eliminar los contaminantes que tiene. El problema es conocido desde hace seis años y no se está resolviendo”, expresó Oletta.

Tales condiciones violentan las leyes nacionales que regulan la calidad del agua. En 1998, Oletta fue el ministro encargado de la publicación de las Normas Sanitarias de Calidad de Agua Potable por orden del presidente Rafael Caldera. La regulación establece los valores máximos que caracterizan la composición del agua y los que representan un riesgo para la salud de los venezolanos.

El artículo 8 de dichas normas indica que el “ente responsable del sistema de abastecimiento de agua potable debe asegurar que esta no contenga microorganismos transmisores o causantes de enfermedades, ni bacterias coliformes termorresistentes (coliformes fecales)”. En la realidad esto no ocurre, pero no es la única violación a las leyes.

“Tenemos una situación muy compleja y el gobierno no está cumpliendo las normas nacionales y no da información. El gobierno está obligado a publicar los resultados químicos y bacteriológicos mes a mes, pero no lo hace. Esto representa un gravísimo problema de salud pública. Las respuestas que están dando son insuficientes”, sostuvo el ex ministro.

Después de varios contactos telefónicos al ente encargado de velar y hacer cumplir las leyes en lo que tiene que ver con la calidad del agua, Hidrológica de Venezuela (Hidroven), para obtener la opinión de su presidenta, la ingeniera Siboney Tineo, no se encontraron respuestas. En una ocasión Tineo aseguró que devolvería la llamada, pero no ocurrió. En otro contacto, un representante de Hidroven señaló que la presidenta de la Casa Matriz del Sector Agua Potable y Saneamiento no podía hablar del tema sin que se solicitara previamente la entrevista al Ministerio de Ecosocialismo y Aguas (Minea).

La respuesta oficial del gobierno es que la potabilidad del agua está 100% garantizada en el país. Esta afirmación fue hecha por Tineo ante la Asamblea Nacional en una comparecencia para discutir sobre el problema del líquido en Venezuela. A pesar de lo dicho por Tineo, en el país no se ha construido un embalse en los últimos 18 años y tampoco se han actualizado las plantas de tratamiento ya existentes.

“Hay una deuda del gobierno en relación con la calidad del agua. Han dejado dañar y deteriorar esas plantas. Están dañadas o inactivas o no están cumpliendo su función. El gobierno no tiene la voluntad de cumplir las leyes, no solo las normas, porque se han hecho dos leyes y no las cumplen. Eso es omisión, negligencia”, aseveró Oletta.

En la Memoria y Cuenta del Ministerio de Ambiente correspondiente al año 2013 se señaló que para la “Rehabilitación de embalses a nivel nacional” se aprobaron 15.710.042 millones de bolívares, de los cuales se utilizaron 8.799.966 millones para cumplir el proyecto en su totalidad.

Mientras que en la Memoria y Cuenta del año siguiente aparecen tres proyectos que tienen que ver con la calidad del agua y la situación de los embalses en Venezuela. El plan llamado “Agua potable y saneamiento en zonas urbanas y rurales” tuvo una inversión de 118.838.461 millones de bolívares para un avance de 33%. Los proyectos “Rehabilitación y optimización de las plantas mayores de potabilización de agua de Venezuela” y “Optimización de la gestión de la calidad del agua en poblaciones mayores a cinco mil habitantes” tuvieron inversiones de 289.838.461 y 252.292.420 millones, respectivamente. Ambas obras culminaron el año con un avance de apenas 3%.

El final de 2014 le dejó al Ministerio de Ambiente los proyectos como tareas pendientes para que en 2015 fueran cumplidas, pero el despacho fue eliminado y nació el Ministerio de Ecosocialismo y Aguas. Los tres planes recibieron mayores presupuestos e incluyeron avances más significativos. El proyecto de agua potable avanzó 87% con un presupuesto de 98.811.955 millones, mientras que la rehabilitación de las plantas de potabilización tuvo 38% de adelanto con 563.721.905 millones.

A pesar de los trabajos del Minea, la situación actual del agua no se ve reflejada en lo que está puesto sobre papel ni en los millones invertidos para un mejor servicio.

Fuente: El Nacional

5 municipios del Estado Carabobo consumen agua contaminada

5 municipios del Estado Carabobo consumen agua contaminada

5 municipios del Estado Carabobo consumen agua contaminada

El mal estado del embalse Pao Cachinche dificulta el trabajo de potabilización de la Planta Alejo Zuloaga. Unas veces es negra, otras verde y a veces amarillenta. Si llega blanca, lo más probable es que se convierta en una especie de bomba lacrimógena en el baño, debido al exceso de cloro que hace que piquen los ojos y la piel. Así define Carlos Graffe, dirigente social, la calidad del agua que reciben en el estado Carabobo, publica El Nacional.

El estudio Diagnóstico y conceptualización de soluciones para la rehabilitación y optimización de las plantas mayores de potabilización de agua de Venezuela, ordenado por Hidroven y la CAF-Banco de Desarrollo de América Latina a una consultora internacional en 2012, revela que el mal estado del embalse Pao Cachinche dificulta el trabajo de potabilización de la Planta Alejo Zuloaga que surte a los municipios Valencia, Naguanagua, San Diego, Los Guayos y Libertador. Los datos que analizaron fueron proporcionados por la hidrológica venezolana. Los resultados a los que tuvo acceso El Nacional nunca se hicieron públicos y el contrato tampoco se realizó.

El trasvase que se hizo para disminuir el nivel del lago de Valencia, muy contaminado por aguas residuales, más el desvío del río Cabriales y la descarga de la planta de tratamiento de aguas servidas Los Guayos, causan “que las concentraciones de nutrientes (nitrógeno y fósforo) en las desembocaduras de los ríos y, por tanto, del embalse, sean muy elevadas”. Ambos componentes, provenientes en gran medida de heces fecales, funcionan como fertilizantes que inciden en el crecimiento de vegetales acuáticos, como la bora y la Lemna que recubren casi completamente al embalse.

El agua del Pao Cachinche es tildada por los ingenieros extranjeros de “muy mala” prácticamente de manera constante durante los 14 años que la analizaron desde 1997 hasta 2011. “En cuanto a las especies de plancton predominantes en el embalse, casi 90% corresponde a cianobacterias”, advierten. Entre las cianobacterias hay especies tóxicas; sin embargo, en el informe no se detalla cuáles son los tipos que están presentes en Carabobo y si alguno podría representar peligro.

También reportan picos altos de turbiedad, hasta 220% por encima de lo que permiten las Normas Sanitarias de Calidad del Agua Potable establecidas por el entonces Ministerio de Sanidad, en la Gaceta Oficial N.º 36395 del 13 de febrero de 1998.

No se hace potable. A la salida de la planta, aunque los valores mejoran, no son totalmente óptimos. La turbidez es el doble de lo reglamentado (llega a 11 unidades nefelométricas de turbiedad), lo que explica en parte la escala de colores que perciben los vecinos cuando abren el grifo. Además, están presentes valores como el nitrógeno amoniacal (0,516 mg NH3N/L) y el fósforo (0,739 mg P/L), ambos indicadores de restos de material orgánico, como heces fecales animales o humanas, en el agua.

El fitoplancton, que incluye a las cianobacterias, se reduce de forma considerable en los procesos de limpieza. “No obstante, esta reducción no siempre ha sido suficiente para llegar a cumplir los requerimientos de agua potable, correspondientes a 300 unidades estándar de área por mililitro. Solo se logró cumplir este límite en el período entre julio y noviembre de 2010”, indican los consultores.

Al mal estado del embalse Pao Cachinche como fuente primaria, se le suma el deterioro de instalaciones y equipos que imposibilitan el funcionamiento de sedimentadores, decantadores, filtros y dosificación de reactivos. “El período de vida útil de diferentes equipos electromecánicos se ha cumplido, por lo que existe un alto riesgo de que haya averías irreversibles”, alertaron. El proceso de filtración se ve “fuertemente afectado” por la considerable cantidad de sólidos y natas acumulados.

Datos recientes de Hidrocentro confirman que continúa la situación que reportaron los ingenieros contratados. Para julio de 2016, la medición de turbiedad ascendía a 13,5 UNT, 270% más de lo permitido, y el aluminio a 0,61mg/L, cuando las reglas indican que el límite es de 0,2 mg/L.

“Aunque no haya cifras oficiales, tenemos problemas gastrointestinales, alergias y problemas en la piel, deterioro en el cabello, conjuntivitis”, reclama Graffe.
Manuel Pérez, miembro del Movimiento por la Calidad del Agua, asegura que han acudido a los ministerios de Salud y de Ambiente, la Defensoría del Pueblo y el TSJ, sin recibir más respuesta que una mala mirada.

Inversión pospuesta

Los ingenieros consultados por Hidroven y CAF-Banco de Desarrollo de América Latina dieron opciones para solucionar el caos en la Planta Alejo Zuloaga. Con una serie de tareas ordenadas por nivel de urgencia, recomendaron optimizar las plantas existentes y agregarles una fase de tratamiento de preoxidación, filtros de carbón activo y tratamiento de lodos. Si la preoxidación se hacía con dióxido de cloro, la inversión tenía que ser de 77.641.291 euros, y si se elegía el ozono era de 87.918.584 euros, que hoy equivaldrían a 56.126.112.850,99 bolívares y 63.555.465.187,76 bolívares al cambio Dicom de 722,89 bolívares por euro. El contrato finalmente no se hizo y se desconoce si se aplicó alguno de los consejos.

La memoria y cuenta de Hidrocentro de 2015, en cambio, declara el mal funcionamiento del abastecimiento de agua, pero no hay planes de inversión. Se mencionan dos obstáculos en su gestión: el “deterioro manifiesto” en las instalaciones pertenecientes al Sistema Regional del Centro I y II que aumentó las “demandas de sustancias químicas, altas pérdidas en el proceso de potabilización, daños en los equipos y afectación de la calidad”, y la dificultad para reponer, sustituir, mantener y rehabilitar la infraestructura de servicios sanitarios.

Cifras

90%
del material vegetal acuático corresponde a cianobacterias. No están clasificadas, así que se desconoce si son tóxicas

2.300
NMP/100 ml es el pico máximo de coliformes fecales –heces- que se encontró en Pao Cachinche. Revela falta de depuración de aguas vertidas

220%
por encima del límite se ubican los niveles de turbidez del agua que sale de la planta de potabilización

 

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Expertos: vibraciones ponen en riesgo turbinas del Guri

Expertos: vibraciones ponen en riesgo turbinas del Guri

La caída en los niveles de agua del embalse del Guri ha puesto en riesgo el funcionamiento de las turbinas de la Casa de Máquinas II del embalse del Guri.

El ingeniero y experto en materia eléctrica, José Aguilar., explicó que actualmente se registran “vibraciones” en las unidades 11, 12 y 14 de la central hidroeléctrica Simón Bolívar, lo que podría comprometer la generación de 3 mil 850 megavatios (MW).

El registro de vibraciones en los cojinetes y otros componentes se considera normal cuando se encuentra entre 90 y 125 micrones pico pico. Sin embargo, en este momento ha aumentado a un rango de dos a tres veces el nivel normal.

La vibración se produce por la entrada de aire a las máquinas y por la menor cota de agua.

Advirtió que el nivel de peligro de las unidades del Guri -cuya capacidad nominal de diseño es de 770 MW cada una-se ubica en 4,5 veces el nivel normal de vibración (entre 405 a 562,5 micrones pico pico).

Este incremento achica el rango operacional (MW) de las turbinas para evitar el agravamiento de los niveles de vibraciones.

Aguilar señaló que el mantener esas unidades en operación representa riesgos “que van desde una parada prolongada por daños considerables hasta de naturaleza catastrófica.

Estima que los daños -si se producen- podrían alcanzar entre 100 a 500 millones de dólares y una interrupción forzosa entre 4 meses a dos años.

Por otra parte, el ingeniero eléctrico y ex director de la Oficina de Operación de Sistemas Interconectados (Opsis), Miguel Lara, indicó que el incremento en el nivel de vibraciones en las turbinas del Guri “es preocupante, porque esas unidades se pueden dañar, lo que ocasionaría una profundización de la crisis eléctrica que vive Venezuela”.

“Debido a los niveles indeseables del embalse las unidades están operando por debajo de los 245 metros, por lo que los ruidos y vibraciones se han incrementado debido al menor nivel de agua que entra y sale de las turbinas. Pero no deberían seguir operando por debajo de los 240 metros”.

Lara indicó que si el embalse baja hasta 240 metros “se deberán parar unidades, pero no todas. Tal vez una o dos máquinas, pero eso implica un racionamiento adicional al que ya existe”.

Comentó que aunque en mayo el embalse subirá por la temporada de lluvias, “no es seguro que se recupere lo suficiente para evitar que en la época de sequía se repita esta situación”.

Por otra parte, el ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, señaló que el nivel del embalse de Guri bajó a 241,40 metros -apenas a 1,40 metros de su punto de colapso.. Agregó que el Gobierno está haciendo todo lo humano y técnicamente posible para mantener el servicio eléctrico.

Fuente: El Tiempo

Reactivan generador 17 en máquinas II del Guri

Reactivan generador 17 en máquinas II del Guri

El generador 17 de la casa de máquina II de la Central Hidroeléctrica Simón Bolívar, en Guri, fue reactivado este lunes luego de estar en mantenimiento por 10 días.

La unidad número 17 podrá incorporar toda su capacidad generadora de megavatios para robustecer el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) ante el Plan de Administración de Cargas decretado por el Ejecutivo para contrarrestar los embates de la sequía ocasionada por El Niño.

En Semana Santa también se realizaron trabajos de mantenimiento en la casa de máquinas 1, gracias a la reducción de la demanda durante el asueto.

Además, recientemente se realizó en Guri la Operación Agua Bendita II, una acción que permitió verificar la distancia de la superficie a la boca de toma de agua de las turbinas en la casa de máquina 2, reseñó el Ministerio de Energía Eléctrica en nota de prensa.

En Venezuela, 62 % de la energía proviene de las hidroeléctricas, por lo cual el déficit de precipitaciones que se mantiene en el país desde 2013, y que se ha acentuado durante los primeros meses de 2016 como consecuencia del fenómeno climatólogico conocido como El Niño, tiene un impacto directo sobre la capacidad de generación del SEN.

El Niño ha afectado especialmente el embalse de Guri, que represa las aguas del río Caroní, en el estado Bolívar, y alimenta a las centrales hidroeléctricas Simón Bolívar (Guri), Francisco de Miranda (Caruachi) y Antonio José de Sucre (Macagua)

Fuente: El Tiempo